Tengo debilidad por fotografiar tomates, no sé si será por la variedad de sus matices rojos, color que me gusta mucho o por sus caprichosas formas y curvas. La cuestión que es raro el tomate que no le vea potencial para ser fotografiado. Ahora imagínate cuando en el mercado de abastos donde suelo ir, me encontré estos preciosos ejemplares de Tomate Ibérico.
Irresistible la tentación de hacer algo con ellos, por lo que no dudé en plantearme una sesión fotográfica con una atmósfera muy dramática y una tenue iluminación.