Estos fueron mis comienzos haciendo fotos a Tés, un mundo muy interesante, que nunca había usado en mis composiciones. No las había sacado a la luz, quizás porque en aquel momento no eran para mí un exponente de mi fotografía en la cual juego con los volúmenes y sus sombras. Para mí, era casi extraño hacerle fotos a un elemento el cual sólo me ofrecía delicadas texturas y poco más… y que me obligaba a utilizar elementos adicionales para contenerlo.
En cada foto he de tener en cuenta, como sacarle el máximo partido a la textura que tenga en particular ese té, su color y matices, así como, donde lo voy a alojar, y en que recipiente lo quiero mostrar, porque el recipiente será tan importante como el mismo té.