Cuando voy a dar un paseo por el mercado, o por las fruterías de mi barrio, a parte de hacer mi compra, selecciono piezas para mis bodegones. Y no me sirve una cualquiera, o la que me quiera escoger el tendero, si no aquella que por color o formas me atrae de forma diferente.
Pensar que si os fijáis bien y dedicáis unos segundos a contemplar los productos, entre todos ellos alguno os llamara la atención, y ese es el elegido. Ya hay un atracción entre él y tu cerebro, que hará que luego en el estudio, la sesión sea mas inspiradora y productiva…